Sattine empezó a frotar su coño en mi polla y sentí su coño caliente contra mi polla. Sólo quería enterrar mi polla en su caliente, húmeda y apretada vagina y sabía que no podía esperar más, ¡tenía que follarla! Me acerqué a ella y me acaricié la cara en su oreja. Me encantaba el olor del sudor y la desesperación en su voz mientras Sattine gemía y se follaba su coño, entre gruñidos y jadeos. Finalmente puse mis labios en su trasero y comencé a chupar su clítoris. ¡Le dije que se metiera toda la polla en la boca y no la dejaría salir hasta que Sattine se librara de mí! Todo lo que quería era tenerla alrededor de mi culo, su coño empapado llenando mi garganta. Me puse de rodillas y la arrastré hacia mi espalda mientras me apoyaba en la cama, con su culo firmemente plantado en la cama, y mi polla palpitando de excitación. Abrí su culo y encontré que su agujero era lo suficientemente amplio para que mi polla cupiera completamente dentro de ella y la metí de golpe. Sattine no reaccionó en lo más mínimo, así que le abrí las piernas y le metí y saqué mi polla por el culo. Ella gimió de placer, a Sattine le encantó. Después de haberle cogido el culo durante unos minutos, me acerqué a su cuerpo y le llevé mi polla a su coño, besando su coño y deslizando mis dedos en su pequeño y húmedo agujero. Agarré sus caderas y empecé a golpear su coño...