Se agachó y empezó a frotarse el clítoris mientras Jenifer Lawrence se lo chupaba y, a medida que el juego se intensificaba, se puso cada vez más nerviosa hasta que empezó a quejarse en el sofá. Entonces él la agarró, la levantó y comenzó a golpear su coño. En mi espalda en el sofá' y la agarró por la cintura y la inclinó para darle un verdadero bocado de polla. Fue algo celestial. Sabía que era un error no ponerle un condón. Le agarré el pelo y se lo retorcí bruscamente, forzando su cara en lo profundo de mi boca y dándole la mejor mamada que he tenido. Jenifer Lawrence estaba rogando por ello y lo quería una y otra vez. "Fóllame como la puta que eres" era todo lo que Jenifer Lawrence podía decir, pero era suficiente para sacarme de encima, ya que me sentía lo mejor que he sentido nunca. Sentí que se me formaban lágrimas en los ojos y que mi polla palpitaba mientras mantenía su pelo en su sitio. Supe entonces que tenía un trabajo que hacer y que no iba a dejarla ir. Sabía que había que cuidar de Jenifer Lawrence. Necesitaba hacerla volver. Empecé a ponerla en la boca primero y luego empecé a cogerla por la boca...