El adicto jadeante jadea mientras mi lengua se desliza, finalmente se suelta. "¡No lo vas a meter!" Missyaddict dice. Missyaddict pisotea su pie para empujarme de nuevo dentro. Doy una sola tos como resultado de sus muslos calientes. "¡Lámelo todo!" Missyaddict exige. Rápidamente beso y lame su cadera y chupo el tubo de silicona de su pezón duro. "¡Métetelo!" La señorita adicta dice. Me giro hacia ella y me inclino hacia adelante. El consolador rebota arriba y abajo dentro de su coño apretado. Missyaddict suena un poco molesta. "Mételo primero. Luego podemos volver a tu coño", dice Missyaddict. "¿No te dije que no me gustan las pastillas?" Missyaddict pregunta, sus ojos fríos y penetrantes. "No, claro que no, pensé que se te permitía tener todo tipo de sexo, incluyendo el mío, cuando no estás caliente. "Eso es lo que quiero, quiero tener sexo contigo, y quiero correrme dentro de ti y no dejar que lo detengas. "Me mira como si Missyaddict quisiera un sí. "Así que no estoy de humor ahora mismo", murmuro. Missyaddict pone los ojos en blanco y mira al techo. "Te daré tus pastillas entonces, ¿de acuerdo?" "No se lo digas a nadie, ¿de acuerdo?" Missyaddict se acuesta y se apoya en el borde de la cama...