Ciararider estaba sorbiendo, gimiendo y gruñendo al mismo tiempo que yo. No podía esperar a que Ciararider terminara, así que aceleré mis golpes y eyaculé de nuevo. Cuando mis huevos salieron de ella, casi la hicieron correrse, así que seguí adelante. Finalmente me desplomé, exhausto, sin saber qué hacer. Al día siguiente pasamos todo el día hablando de la noche anterior. Le dije a Ciararider que me gustaba mucho y que no tenía ningún sentimiento homosexual, pero que era adicto al sexo anal. Ciararider estaba tan feliz de que le hubiera dado la primera charla real sobre lo que estaba pasando, y le confesé mi amor gay por Emma. Parecía feliz de oírme decir que Ciararider era mi chica favorita, y traté de tranquilizarla besándola un poco y frotando mi polla a través de mis vaqueros. Al final, me distraje, y cuando vi a Ciararider desnuda de cintura para abajo, no pude resistirme. No tenía ni idea de que era ella. Pasé el resto del día masturbándome, asegurándome de que eyaculaba tanta esperma en su culo como fuera posible, y sabiendo que finalmente le había dado la charla para la que Ciararider estaba preparado. La tarde de Ciararider fue dura para nosotros. Me puse al día con el trabajo, y finalmente me sentí de buen humor. Me vestí y me puse mis jeans ajustados. Después de algunas bromas y fotos con mi cámara, me acerqué a Ciararider y ella me vio...