Avakent se estremeció cuando mi dura polla se metió dentro de ella, devolviéndole el éxtasis que había sentido esa noche. Avakent me sostuvo suavemente las caderas y le chupé las tetas. La sostuve fuerte y estimulé sus tetas. Avakent gimió mientras movía mis manos y las frotaba sobre su espalda. Avakent finalmente relajó sus caderas y permitió que mi polla se deslizara fácilmente dentro de ella. Sentí que su coño se estrechaba a mi alrededor y moví una de mis manos a su vientre. Avakent movió su peso hacia adelante y yo apreté mi polla contra su coño. Quería comer su coño, y sabía que no podía parar aquí. Sabía que Avakent estaba a punto de correrse pronto, así que la empujé más fuerte. El deslizamiento entre mis labios la llevó a una constante explosión de placer. Avakent comenzó a deslizarse de mí y sentí su coño convulsionar, sus jugos por todo mi pene. Avakent me agarró de las caderas y apretó sus pechos juntos y su coño empezó a chorrear sus jugos sobre la cama. Empujé mis caderas hacia adelante, deslizando mi polla dentro y fuera de ella, y la presión en su coño me empujó más y más alto. Avakent me besó y nos besamos. Avakent estaba caliente y descuidado y finalmente se derrumbó encima de mí. Podía sentir su caliente y tenso coño pulsando alrededor de mi polla. Avakent me envolvió con sus piernas y nos besamos profundamente, sus suaves pechos contra mi pecho...