Parismaya me habría soplado en la ducha de antemano y yo la seguí y me soplé en ella. Hacía mucho calor. Me arrastré bajo las mantas y me acurruqué con ella. No pasó mucho tiempo antes de que mi polla empezara a endurecerse y me metieran un consolador en el culo. Gimí cuando sentí que algo me penetraba y pude sentir su enorme cabeza contra mi próstata. Me agarré a las sábanas e intenté controlar mi respiración pero no pude calmar mi respiración a tiempo ya que el pelo de mis piernas empezó a crecer de nuevo. Después de un minuto, sentí a Parismaya lamiéndome el culo. No podía saber lo que Parismaya estaba haciendo, pero todo lo que podía oír era su respiración y el ruido de su boca en mi trasero. Estaba a punto de eyacular pero una cosa me impidió pasar del límite. Mi esposa se acababa de tirar a su novio. Eso fue hace más de diez meses y me he estado tirando casi todos los días desde entonces. Cuando llegué a casa y vimos juntos la película Hechizada, Parismaya me dijo que me limpiara y me sentara en el sofá para volver a verla. Esa noche me puse los pantalones y las bragas, preparándome para volver al baño. La escuché empezar a contar una historia de cuando estábamos en la universidad. Pensaba en cómo sería yo de adulto y me preguntaba cómo sería su vida de hombre. La escuché empezar de nuevo sobre cómo su novio rompió con ella y Parismaya siguió y siguió sobre cuánto se la cogió durante la ruptura y cómo ambos se amaban y cómo se sentía sola...