Mirrembe extendió sus nalgas y chupó su clítoris con sus labios. Eventualmente, ella comenzó a rebotar en los dedos de los pies sobre él mientras Mirrembe ponía su lengua dentro de él y él seguía su ritmo. Gimió y gimió cuando entró en su boca y Mirrembe le hizo un agujero en la cara y aún se estaba agachando sobre su polla cuando oyó el sonido de la puerta de su habitación abriéndose. Se dieron la vuelta y volvieron a lo que estaban haciendo. Después de arrodillarse, Cordelia extendió la sábana y puso a Mirrembe de pie. Mirrembe se acostó en la cama boca abajo, sosteniendo su brazo con las manos. Mirrembe le envolvió el brazo y se acostó sobre su pecho, de modo que sus grandes pechos se sostuvieron. Mirrembe se quitó la camisa por encima de su cabeza, exponiendo su cuerpo cincelado a ella. Mirrembe se inclinó hacia adelante y se bajó la camisa sobre su cabeza y dejó que cayera por su espalda. Mirrembe entonces se desabrochó los pantalones y se bajó los calzoncillos. Mirrembe se abrió el botón de la entrepierna y sacó su gruesa polla. Su polla era enorme y era visible a través de su ropa interior. Jadeó mientras Mirrembe se bajaba sobre ella. Su redondo y firme trasero lo empujó hacia él y le hizo parecer que Mirrembe había sido perforada. Se masturbó en su trasero mientras sus bolas rebotaban en sus manos. Mirrembe se puso a horcajadas con él y comenzó a besarlo. Su pelo era suave y Mirrembe dejó que su polla descansara entre sus pechos y su cuello...