Ella susurra: "Ven aquí, nena", y luego yo me retiro y Lyaboston se sube encima de mí. Hacemos nuestras cosas, y sé que está a punto de hacerme correr, así que le doy la vuelta para que su coño esté de cara a mí. Lyaboston gime, me agarra la polla y la empuja contra su coño. Empiezo a empujarla dentro y fuera de ella. Le doy un pequeño golpe, luego uno o dos centímetros más, y luego trato de metérsela en el coño. Ella comienza a temblar de excitación y empieza a gemir, "Por favor, nena, cógeme, cógeme el coño, cógeme". Por favor, déjame correrte! "Me la follo duro, tan profundo como puedo, y cuando llego a mi meta, Lyaboston gime y le meto y saco la polla hasta que me corro por encima de ella y su vestido". Lyaboston se da la vuelta y veo como la corrida la empapa. Lyaboston sonríe y dice: "Ven aquí, nena", y luego deja escapar un suspiro y se cae. Me quedé allí un minuto escuchando sus gemidos y jadeos. Me doy la vuelta y la veo levantada y girada hacia mí. Dejé caer mi ropa y la despojé de ella, luego nos apoyamos en la pared y nos besamos. Me acuesto a su lado y me pongo una de sus piernas entre mis rodillas para poder meterle la polla en el coño y bombear. Lyaboston gime de nuevo mientras me la follo y dice: "Quiero ir ahora, por favor, date prisa y fóllame, fóllame". ¡Lo necesito!