Joayacute sostuvo mis caderas firmemente mientras trataba de relajarme y recordar que debía respirar. Mi esposa nunca me había visto así antes, y tuve que admitir que me sentí bien. Me folló tan fuerte como Joayacute pudo, disfrutando del dolor en mi culo y el palpitar de mi polla. Ella gritó fuertemente mientras Joayacute me soltaba la polla. "Vamos a levantarte. Todo lo que tienes que hacer es acostarte boca abajo y esperarme. "Joayacute me sonrió y se rió. Todavía parecía un idiota con la cabeza metida en la taza del váter mientras casi me ahogaba con el consolador de chorro. "Buen chico. "Joayacute suspiró antes de volver a ponerme el consolador en el culo. Supongo que Joayacute sabía que estaba dolorido por mis últimos azotes y por el puño que había sufrido la noche anterior. "¿Te vas a meter eso en el culo otra vez cuando llegue a casa?" Preguntó Joayacute con una sonrisa traviesa. Asentí con la cabeza lentamente. Se inclinó y utilizó sus labios para poner suavemente la punta del gran consolador negro dentro de mí, mientras Joayacute comenzó lentamente a bombearlo hacia adentro y hacia afuera. Tosí cuando sentí su grueso y negro consolador frotándose sobre mi culo, y luego me deslizó fuera de su culo después de ser follado...