Dirtyeva ponía sus labios apretados y húmedos en su cuello en un gemido agudo y chupaba su polla pulsante y sudorosa hasta que se le atravesaban las pelotas. Sus gemidos disminuyeron y luego se calmaron, pero su grueso y húmedo coño hizo difícil que él pudiera tomar un poco de aire fresco. Noté que no gemía tan fuerte como los otros dos y me di cuenta de algo; sólo iba a ir al gimnasio a calentar, me levanté tarde esta mañana y me sentí muy cansado. Mi orgasmo y esta fantasía vengativa no sería tan vívida si estuviera en la puerta. Aún así, no podía dejar de pensar en ti chupándole la polla. Quería que siguieras viniendo tan a menudo como fuera necesario. Te vería bailar mientras te lo follabas, le oiría decir tu nombre y le rogaría por ti. Bajé la música y salí de la cabina. Puse una bonita sonrisa y me acerqué a donde estabas sentada y te tiré para darte un beso. Escuché un fuerte gemido tuyo y me di cuenta de que ya estabas duro otra vez. Me di cuenta de que no te habías corrido esta mañana porque no habías abierto bien los ojos y tus manos se tocaban al verle chupar y acariciar su propia polla dura. Pasé mis dedos por tu pecho, sabiendo que te quejarías más y me darías más de tu cuerpo. Me incliné y puse mis labios contra tu pequeño clítoris muy caliente. Me abrí paso hasta la botella de lubricante que había en la mesa y lentamente la lubricé para ti. .