Tenía una lista de compras de truco o trato que Bboobscarol completaría si le daban el tiempo-una lista, que más tarde se enteraría, que era un secreto que finalmente había divulgado a Stephen. Sabía que Bboobscarol debía guardar esta información, que había sido su teoría todo el tiempo. Pero la desesperación y la culpa que la carcomía la habían dejado completamente incapaz de resistirse. Llamó a Bboobscarol después de haber reducido su escondite de caramelos. "Sé que no puedo quedarme aquí", dijo Bboobscarol. "Tengo que salir de aquí, tengo que ir a buscar ayuda. Necesito sacar algo de mi bolso..." La voz de Stephen estaba en silencio. Significaba que acababa de oír las palabras que él había estado esperando oír: "No entres en pánico. No vas a morir aquí. "¡Las guardias me matarán!" gritó, sus palabras se alejaron rápidamente cuando Bboobscarol se dio cuenta de lo que su hermano estaba pensando. "¡No!" Bboobscarol la miraba con una extraña, nerviosa y calculadora furia. Su voz era más suave, y Bboobscarol podía verlo en sus ojos también. "No con tu estúpida ropa puesta. "Bboobscarol se apresuró a doblar sus paquetes antes de que oscureciera demasiado, y ella escondió los juguetes sexuales baratos, junto con una caja de condones, bajo su almohada mientras caminaba. Cuando Bboobscarol llegó a la habitación supo que la estaba esperando, así que empezó a dar vueltas nerviosas en la esquina de su habitación hasta que lo vio acercarse a la puerta...