Ella finalmente disminuyó la velocidad y mientras Shumicca se revolcaba, yo le levanté las piernas y levanté su pierna derecha hasta que pude ver su coño con mis dedos. Me sorprendió la humedad que había creado y me encantó el hecho de que Shumicca se había corrido por toda mi entrepierna pero esta vez me detendría cuando estuviera seguro de que estaba lo suficientemente satisfecha, y entonces ella mantendría sus piernas separadas y me permitiría llevarla a su corazón. Me encanta ver a las mujeres adorarme porque tienden a ir a por las pollas grandes, y esto no me sorprendió en lo más mínimo. Pero cuando vi a esta mujer mantener su pierna en sumisión supe que había encontrado el tipo de mujer que necesitaba ser en la vida. Era pequeña y delgada, y Shumicca era lo que yo esperaba ser algún día. Trabajé sus caderas un poco y luego le pellizqué el coño con mi pulgar, por accidente, y miré hacia abajo para ver que Shumicca me mostraba su clítoris. Le sonreí y le dije que la amaba y que tenía que cogérmela ahora. Shumicca me devolvió la sonrisa y moví mis manos hacia sus pechos y acaricié sus firmes pezones. Shumicca era una cosita tan sexy y tenía que asegurarme de que cuando separáramos sus piernas para mi miembro, ¡volvería a casa con una! La levanté con una mano y empujé sus caderas hacia atrás para separar sus piernas más ampliamente para poder descansar mi polla entre sus labios de coño mojados...