Ya estaba de rodillas y podía sentir sus músculos tensos y Sasha Moon77 jadeaba cuando penetré su pequeño y apretado trasero. No sé si es porque Sasha Moon77 nació en Somalia o por la lesión física que ha tenido que soportar en el pasado por los terroristas islámicos, pero el gran trasero que estaba golpeando en el costado de su cuerpo se sentía como un spa de primera clase. Podía escuchar los placeres de su respiración mientras Sasha Moon77 se retorcía en una posición para que yo empezara a follarla de nuevo, y ella empezaba a empujar su trasero como yo lo hacía. "¿Estás bien, cariño? Voy a tener que conseguirte un taburete, ¿quieres que me siente en él?" Sasha Moon77 sonrió, levantó una mano y me hizo señas. Me levanté, caminé y me senté en el taburete. Sasha Moon77 tomó el frasco de laxantes y me ayudó a tragar un par de veces, luego dijo: "Ahora voy a poner un poco de pomada en esto y tu trasero se pondrá bueno y suave. "Vale, cariño, tienes que quitarte esto también, hace que te duela el culo". "Sasha Moon77 se inclinó y me susurró al oído, "Y relájate, quiero que te sientas bien...