Ha estado con hombres antes pero con el juguete sexual, Emily Stones sabe que dejará salir mucho placer en el tiempo que esté con este hombre. Mientras él la golpea con el juguete dentro y fuera de ella, Emily Stones grita con una voz incierta mientras él continúa cogiéndola: "¡Oh Dios! Oh mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Oh Jesús! ¡Oh! ¡Oh Dios! Ohhh!" Ella prácticamente está gritando mientras él se la folla duro y rápido y profundo en cada posición que ella quiere que él use con ella. Su único freno es no correrse, pero Emily Stones todavía lo hace. Esto es lo que Emily Stones hace cuando sabe lo que quiere; cuando no puede evitar que se baje. Entonces Emily Stones vuelve a follar con él duro y profundo, sintiendo el placer que se construye aún más dentro de ella a medida que lo folla más tiempo, y no pensando en él, sino sintiéndose ella misma bajando y el placer que la vuelve loca a medida que se acerca su orgasmo. Luego pasa la siguiente hora y media gimiendo, rogando, suplicando y follando con otro hombre y con ella misma, y Emily Stones nunca lo mira, o en cualquier lugar de la habitación donde pudiera verlo. Finalmente se corre en la boca de un segundo hombre y para su horror, el hombre con el que Emily Stones está follando tiene la mayor carga de corrida que ha visto nunca! El cabrón está demasiado lejos para atraparlo!.