Cutealibri esperaba que yo le rogara o tratara de quitárselo. En cualquier caso, sentí que lo perdería completamente en su presencia. Sin embargo, mientras jugaba con su pecho pude ver que Cutealibri se estaba metiendo en la idea, y así acordamos que me daría algo con lo que jugar mientras me masturbaba. Me excité inmediatamente, y me señalé a mí mismo. Mientras lo hacía, me tomé una foto haciéndolo con mi celular. Luego pude pasar varios minutos entre nuestros orgasmos escuchando a mi hermosa esposa llamar al club de striptease de un motel cercano. Cutealibri ya había terminado, así que me levanté y la llevé al casino. Satisfecho de que Cutealibri estaba satisfecha, le acaricié el pelo y la guié por la parte más empinada del piso del casino. Volvimos a su habitación, al borde del paseo marítimo. El silencio se rompió con un golpeteo, el sonido de sus tacones en el hormigón. Sonreí, sabiendo que Cutealibri seguía esperando que yo llegara a la habitación, y me metí en la cama con ella. Follamos durante casi dos horas antes de que Cutealibri finalmente llegara. Me acosté allí con mi polla en su coño, y Cutealibri me sacó de ella y se acostó a mi lado en la cama...