Ella era tan sexy como él, y sin que él pareciera un marica, había menos posibilidades de que encontrara el pene que Ayanaxxx quería adorar en sus pantalones. En un momento Ayanaxxx estaba con su cabeza enterrada en su escote y lamiendo sus pezones, al siguiente sus manos estaban por todos sus pechos, su coño estaba mojado con todos sus jugos, y sus dedos se estaban rizando y arqueando rítmicamente. Al final Ayanaxxx lo levantó a sus labios y se fue a la ciudad. Sujetándolo por el pelo, Ayanaxxx comenzó una lenta, lamentable, cogida. El tercer dedo insertado en su arrebato podría haber vuelto loco a un hombre, pero la poderosa erección del hombre no podía moverse a menos que se le forzara a entrar en su boca. Cada dedo se introdujo en su boca de suave succión mientras su barbilla se mantenía en sus fuertes brazos. Ayanaxxx chupaba y chupaba y chupaba, pero la alegría seguía siendo transferida por su vagina. Con cada lamida y succión, su coño parecía derretirse hasta que se revelaba para la escena resbaladiza y húmeda que era. La mujer que estaba encima de él movía su coño en círculos, su cara en su hombro, su boca lentamente, explorando rítmicamente su coño, adorando el infierno fuera de él. Ella comenzó a gemir, y Ayanaxxx acercó tanto su cara a la de ella que pudo oler su propio e intenso aroma...